Sabor de encuentros y novedades
Día sábado en Escobar Rosas en el centro de Bogotá. El cumpleaños que se celebró fue la excusa para reencontrarse con las personas que se compartió ayer. Esta semana que acaba de pasar estuvo dedicada a los encuentros.
Primera vez en mi vida que tomo un Dry Martini, pero no logré comer la aceituna. La curiosidad de tomarlo y no elegir el mismisimo Mojito de siempre, se debió a un artículo al que estoy dedicada a escribir en esta semana y por el que me ví en la necesidad de que yo probrara el rey de los coctéles.
Según cuentan Hemingway, popularizó esta bebida en sus escritos; que para Winston Churchill el Dry Martín debía beberse dry-dry (seco-seco) y aconsejaba prepáralo en presencia de una botella de vermouth seco, sin dejar de mirarla fijamente.
James Bond en la película Goldfinger lo pide "agitado y no removido", demostrando con ello que como agente era el 007, pero como entendido en martinis era el 000, pues no se debe agitar nunca. Dicha frase provocó, en los años 80 del pasado milenio y siglo, el celebérrimo libro de John Dokat "Stirred not shaken" (removido no agitado)".
Sin embargo, las versiones de Martinis han sido y seguirán siendo tantas como la cantidad de manos que se tildan de expertas al momento de su preparación. La degustación entonces continúa.
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