Desaliento.




Al igual que las personas, hay regiones, pedacitos de tierra, que pasan inadvertidas en la vida, hay otras que nos esforzamos por conocer, algunas otras que parecen platónicas y una que otra que duele recordar. Pero hay sobre todo unas que no se olvidan a pesar de no frecuentarlas, recorrerlas, olerlas, ni sentirlas a diario, pero que aún así son parecen parte nuestra siempre.

Tal como pasa con las personas, el amor por estas regiones no siempre es el resultado de años de conocerlas, ni de grandes experiencias vividas o de resultados vagos o meritorios, pero a veces ese compartir corto o largo, grato o ingrato, lejano o cercano, es suficiente para que se convierta en parte de nuestro presente, a pesar de ser un recuerdo.

Así es mi relación con el Magdalena Medio. Una región a la que quizá no le sea muy difícil dejar marcas en quienes la recorren, sin importar que se hayan pasado allí meses o años.

Ayer me encontré con un ser especialmente brillante con quien trabaje en y para este lugar, a través del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. El asunto es que contrario a la normalidad de nuestros encuentros anteriore en los que me contaba sobre todo el avance de los proyectos sociales, esta vez había una preocupación grande por una amenaza que le empieza a detener sus ganas de querer hacer.

Eleu: Qué pasa?
Gumer: Me quieren matar. Es alguien del grupo abd@vn*adcklj.

Este personaje no se va a ir de la región aunque bien podría hacerlo, tal como lo piensan hacer una o dos personas más que tienen los recursos para formar su vida sin ningún problema en otro lugar. Pero eso se llama desplazamiento y es justamente lo que no se debe tolerar más. Lo que hará es tomar las precauciones básicas y cuidarse todo el tiempo, así tenga presentes en su cabeza las historias similares de a y b personajes, para quienes hace apenas 8 ó 15 días dejó de ser sólo una amenaza el interés por callar su voz.

Duele tanto el Magdalena Medio, como quienes valientemente están allí haciendo resistencia.

*Fotografìa tomada desde chalupa en el río Magdalena, camino Puerto Nare - Puerto Berrío (Magdalena Medio Antioqueño).

Comentarios

Anónimo dijo…
Se todo lo que sientes y extrañas ese lugar... fuiste valiente al elegir ese pedacito de nuestro pais para tu practica universitaria. Pusiste tu granito de arena y se que lo seguirias haciendo... mi temor sin embargo es el mismo temor de tantos. Tu lo sabes. Pero que hacemos todos temerosos? Mi corazon tambien hoy duele junto al tuyo por los mismos motivos.

Nuestras esperanzas por el pais y sus regiones nunca deben morir. TE adoro mi colibri jr.
Sole.- dijo…
Gracias por tu visita y comentario.
Muy buen blog en verdad, seguire viniendo por aqui...
Beshotes muchos!!!!
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Que bueno tu blog, me parece muy chévere poder tener estos espacios. Te felicito, pues estar en la red con contenidos propios es un gran aporte al periodismo digital.

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