Aversión televisiva

Luego de de esculcar todos los canales de televisión durante un par de semanas, tengo que afirmar que generé una fobia especial por el noticiero Telemundo, el señor presentador Pedro Sevcec y algunos de sus periodistas.

Si bien se trata de un espacio exitoso por tratar hechos importantes para los hispanos que viven en Estados Unidos, se ha convertido también en una cruel pantalla para deshumanizar el acontecer diario, y muchas veces frío, de quienes duramente buscan una mejor vida en este país.

Sus notas se componen de imágenes que depiertan hasta la última fibra: los cuerpos sin vida de unos hispanos en la bandeja de un camión luego de un accidente, el momento del adiós entre un mexicano que es deportado a su país y sus hijos legales que deben quedarse sin él; el cajón con el cuerpo de otro ilegal que murió en la caída del puente en Minessota y la "fanfarria" de su familia y el grupo de mariachis al despedirlo, entre un sin fin de episodios que al parecer conviene seguir detallando. Todo con el objetivo de aumentar la audiencia cada vez más hambrienta de este tipo de hechos que les permita sentirse afortunados al salir invictos, una vez más, del dolor ajeno y la realidad fuera de la pantalla.