9/11: Sobre los hombres blancos.
Era el sexto aniversario del 11 de septiembre. Luego de tres meses de anuncios de la fecha, me dejé llevar por el espectáculo de su conmemoración. Totalmente predecible.
Llovió durante todo el día durante las ceremonias del caso. Sólo llegué allí a eso de las 9 de la noche, cuando supuse que ya no había mucho para ver. No había tal. Tres cuadras antes, se empezaban a encontrar grupos de gente caminando desde y para el lugar, algo similar a lo que sucede en las inmediaciones de un museo.
Un par de largas luces azules que parecían tocar el cielo ocupaban el lugar de las torres. A su alrededor, se movían centenares de personas, entre fotógrafos, turistas y críticos de "la pantalla" que genera el hecho.
Mientras unos se dedicaban a retratar el momento, otros ponían flores y encendían velas, y unos pocos se dedicaban a comentar la información imprecisa que hay el respecto de aquel día y los posibles secretos del gobierno, generando aprobación en algunos personas y tremendas sulfuraciones en otras.
Nada que subrayar. Quizá sea lo mismo de siempre: flores y lágrimas, polícias posando como héroes ante los fotógrafos, sentimientos encontrados, años de construcción de un nuevo proyecto, mientras la destrucción no para en otras partes del mundo. Al final los nuevos y lejanos pedazos de historia, a quien le van a importar?
Destco este hombre de ojos claros profundos que, mientras tocaba su música, analizaba las actitudes de quienes visitaban el lugar. Su mayor orgullo parecía ser su aparición en Farenheit 9/ 11 de Michael Moore.
Llovió durante todo el día durante las ceremonias del caso. Sólo llegué allí a eso de las 9 de la noche, cuando supuse que ya no había mucho para ver. No había tal. Tres cuadras antes, se empezaban a encontrar grupos de gente caminando desde y para el lugar, algo similar a lo que sucede en las inmediaciones de un museo.
Un par de largas luces azules que parecían tocar el cielo ocupaban el lugar de las torres. A su alrededor, se movían centenares de personas, entre fotógrafos, turistas y críticos de "la pantalla" que genera el hecho.
Mientras unos se dedicaban a retratar el momento, otros ponían flores y encendían velas, y unos pocos se dedicaban a comentar la información imprecisa que hay el respecto de aquel día y los posibles secretos del gobierno, generando aprobación en algunos personas y tremendas sulfuraciones en otras.
Nada que subrayar. Quizá sea lo mismo de siempre: flores y lágrimas, polícias posando como héroes ante los fotógrafos, sentimientos encontrados, años de construcción de un nuevo proyecto, mientras la destrucción no para en otras partes del mundo. Al final los nuevos y lejanos pedazos de historia, a quien le van a importar?
Destco este hombre de ojos claros profundos que, mientras tocaba su música, analizaba las actitudes de quienes visitaban el lugar. Su mayor orgullo parecía ser su aparición en Farenheit 9/ 11 de Michael Moore.
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