¿Crisis?

El desorden va de los pies a la cabeza de este país. Al tiempo que el clima se enfría y los colores de la tierra cambian, la política y economía se tornan también aburridoras y poco esperanzadoras. Aunque la situación no está en su peor momento, por supuesto que podría estar más gris; el sólo hecho de pensar en lo que posiblemente venga baja los ánimos colectivos.

El punto es que los cambios económicos sumados a los estragos de los huracanes, han hecho que una cosa si se sienta fuertemente y afecte el movimiento diario: el tema de la escasez de gasolina.

Difícil pensar en tantas estaciones cerradas al mismo tiempo como las dos últimas semanas y las pocas que todavía estaban vendiendo exijían tener la paciencia suficiente para hacer una fila de más de una hora.

En esos momentos, que duraron hasta ayer, nada valía madrugar o llegar a media noche a buscar combustible. Durante las 24 horas del día la gente buscaba cómo moverse de un lado a otro, de trabajar, de ganar dinero, de hacer mercado, en otras palabras, de subsitir.

Para que sea más fácil hacerse una idea, éste era el panorama: