Recuerdos del Caguán - Parte I.

Sun 4/10/2005 12:50 PM

Les escribo desde el lindo Caguán, especifícamente en San Vicente, para contarles que me encuentro bien. El viaje fue en una avioneta de Satena con capacidad para 30 personas, hicimos escala en Neiva y el viaje total duró una hora. El clima es caliente pero nada exagerado, mucha humedad, alrededor de 26 grados centígrados, pero hoy domingo amaneció lloviendo y con la temperatura baja.

Ayer estuve conociendo la parte rural del municipio en una moto con la persona que trabaja de la presidencia aquí. Esto es más grande de lo que se imaginan y pues hay de todo: muchos colegios, ancianato, viveros e incluso un seminario con solo diez seminaristas en su interior.

La gente es normal en medio de la circunstancias de la difícil situación... pero en algunos si se nota mucha desconfianza, eso es triste y duro. Hay ejército en cada esquina, mucho, y por ejemplo anoche que estuve reunida con la gente de la alcaldía y había siempre un militar haciendo guardia dentro del sitio, es un poco sentir la guerra.

Esa fue de las sensaciones más duras que tuve apenas me bajé en el aeropuerto de este lugar, ya que habían cerca de 8 o 10 carrotanques o carros de esos que andan con un gran cañón largo dispuesto a disparar y en el que sólo se ve un huqeuito por donde se asoma la cabecita de quien conduce. Y pues obviamente, una gran cantidad de militares reunidos allí dispuestos a controlar desde ya cualquier disturbio.

Respecto al trabajo que fue el motivo de mi viaje aquí, ayer adelanté bastante, pero hoy como nadie trabaja, excepto el párroco, es muy poco lo que se puede hacer. De modo que me dedicaré a leer, dormir, ver tele y todas esas cosas de domingo, porque salir sola muy lejos no deja de darme miedo, y además esta lloviendo bastante... quizá sea una señal del destino para estar resguardada.

Bueno, creo que esta ha sido la actualizada del momento. Espero contarles el resto personalmente.

AC.

Hoy, por cualquier movimiento en el PC, recuperé cientos de correo enviados y recibidos desde el 2.004 y me encontré con el mismo número de viejeras.

Aunque son muchas, pues en cinco años puede pasar de todo, no todas valen lo mismo. Sin embargo, sí hubo unas cuantas que movieron bastante este inicio de año, como por ejemplo éste, cuando tuve que viajar por trabajo a El Caguán, una zona medio complicada de mi país que me marcó y que contrario a los pronósticos, recuerdo con nostalgia.

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